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Hoy, 14 de septiembre de 1936, por orden del Ministerio de Hacienda del Gobierno de la República, deben irrumpir en la Sede Central del Banco de España junto con fuerzas leales a la República debidamente armadas y equipadas. Le acompañarán, asimismo, el capitán Julio López Masegosa y medio centenar de metalúrgicos y cerrajeros, que atenderán a sus indicaciones como especialistas en seguridad.

Son muy pocos quienes conocen el recorrido que lleva a los lingotes que se custodian en la cámara acorazada. Las reservas españolas de oro reposan en estanterías diseñadas por el mismísimo Eiffel.

 

Para llegar a la cámara hay que cruzar unas escaleras que se encuentran en la glorieta de unión del edificio del Banco de España de 1891 y el de la ampliación de 1936, prácticamente en el centro de la parcela. El recorrido, tras descender dos sótanos, les llevará a una sala donde se encontrarán una gran puerta de acero de quince toneladas de peso. 

 

Este obstáculo se abre con dos claves y dos llaves que tienen los claveros: el cajero principal del banco y el interventor. 

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